Por Gerson del Águila.
Practicar Caligrafía supone un ejercicio placentero de movimientos semejantes que obedecen a un tipo de escritura, el ritmo se consigue al descubrir la esencia de su construcción; ascendentes y descendentes otorgan paradas visuales que liberan la energía del trazo, estos trazos que están cargados de emociones que gratifican. Este es mi estado amatorio, estado lleno de placer y creación.
Mi practica en la Caligrafía ya es mi estilo de vida, como lo sería un amante del violín o un experto en alguna danza, es mi forma de sublimar toda mi energía de felicidad en una actividad que me construye y crea.
La enseñanza es parte de esta experiencia gratificante porque el compartir aumenta la experiencia con la experiencia de mis ocasionales alumnos.
Te invito a sumergirte en esta práctica que de seguro no podrás escapar…